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¿SABÍAS QUE…?
El palio, caídas y manto de la Virgen del Mayor Dolor fueron adquiridos a la Hermandad de San Bernando de Sevilla.
El palio de la Virgen de la Amargura fue bordado en los talleres de las carmelitas sobre diseño de Enrique Hernández.
La imagen de la Virgen del Desconsuelo fue bendecida el trece de abril de 1713 y al igual que el Señor de las Penas está atribuida a la gubia de Ignacio López.
La Virgen del Socorro fue nombrada Copatrona de la ciudad de Jerez en el año 1610.
La revolución estética originada por el bordador y diseñador Juan Manuel Rodríguez Ojeda se llegó a conocer como estilo… Ver respuesta (60)
La imagen del Cristo de la Virgen de las Angustias fue realizada en el año 1942 por Ramón Chaveli Carreres.
El seis de diciembre de 2014 en la parroquia de San Juan Grande y Nuestra Señora de la Candelaria se celebró la bendición de María Santísima del Amparo, de la Hermandad de la Sed. Fue en el marco de una Solemne Eucaristía presidida por el párroco D. Enrique Soler Gil.
Sólo la Hermandad de Jesús Nazareno porta sus tres pasos al más puro estilo jerezano, cargado por fuera con toca egipcia.
El Señor del Prendimiento en su salida procesional lleva las manos atadas a la espalda mientras que el resto del año, en su altar de cultos, lo podemos contemplar con las manos atadas delante.
El origen de la Hermandad de Pasión se encuentra en la barriada de La Granja y más concretamente en la plaza de Bornos, donde un grupo de jóvenes cofrades deciden hacer una procesión de Viernes de Dolores.
Es medianoche de un Viernes Santo cualquiera. Loreto se ha recogido y el Cristo de la Expiración se está acercando a su barrio por la Cruz Vieja, la saeta se hace protagonista. Las Viñas llega a su barrio por la Ronda de los Viñedos mientras que la Reina de la Porvera está revirando para llegar a su templo de la Victoria. La Piedad llega a la plaza de Santiago para encarar tan jerezana calle como es Taxdirt, buscando su capilla que volverá a convertirse en entierro de Cristo y joyero de tamaña belleza.
Las cofradías son conscientes de todo el Misterio que nos revela Cristo Jesús a través de la Resurrección. Y lo son, entre muchos otros motivos, porque los palios suenan a vida cuando chocan sus bellotas contra los varales, porque los nazarenos llevan la luz de la vida a modo de cirio, porque el incienso nos transforma y porque las chicotás se hacen eternas cuando a las Dolorosas hay que llevarlas con mimo en una revirá inabarcable. Sabemos que Cristo volvió a la vida porque los palios llevan la cera enrizá, los mantos los hacemos ‘juanmanuelinos’ y las cresterías dibujan un mapa de Victoria.
Cuando llega el Viernes Santo,
Cristo vence a la muerte
y su ajado cuerpo inerte
se troca en un dulce canto.
La Soledad, con su manto,
deja un halo de esperanza
y toda Ella es alabanza
cuando se planta en Porvera,
deshojando primaveras
mientras su cortejo avanza.
Mientras su cortejo avanza,
redimido del pecado
y bajo un cielo estrellado
como una sacra enseñanza.
La Madre, con su templanza,
con la pena que chorrea,
para que todos la vean
a Jerez le va diciendo
que ya su Hijo está viviendo
predicando en Galilea.
Ref. 190819.
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